El viernes realizamos el taller de cocina que llevábamos preparando toda la semana. Ya teníamos elegidos los ingredientes, estimados los precios de cada uno, así como del total de cada grupo. Pusimos de encargadas a 4 madres voluntarias que nos los compraron y por fin, nos los trajeron. Las madres nos explicaron en asamblea lo que habían comprado, de dónde y cuánto les había costado. Después, cada una se puso con los niños de su grupo y empezó el trabajo. Hubo que preparar los ingredientes, el tomate y la lechuga teníamos que lavarlos. Le quitamos el papel al queso, sacamos el atún de la lata; las mamás habían traído las salchichas ya preparadas. Con todo ya listo, cada niño comenzó a elaborar su cangreburger con unos panecillos pequeñitos. Cada uno le echó lo que le gustaba, porque algunos niños no querían probar algunos ingredientes de los que habían apuntado. Todas las cangreburgers tenían una pinta tremenda. Nos hemos convertido en unos cocineros como Bob Esponja. ¡Olé por nosotros!
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