Esta semana hemos tenido la suerte de que Superimán venga dos veces a nuestra clase para divertirnos con sus experimentos. Hoy a la entrada del patio, lo hemos visto de nuevo sentado en nuestra asamblea. Pues bien, el experimento de hoy consistía en conseguir que una abeja volase; claro, la cosa tenía truco, y es que la abeja tenía en su interior un imán. Debíamos coger la abeja por el extremo de un cordel que tenía y pensar qué podíamos hacer con un puñado de imanes para conseguir que la abeja se moviese alterando el movimiento normal de un péndulo. Gonzalo ha dicho que la acercásemos a los imanes; él lo ha intentado y, en efecto ha conseguido que la abeja se moviese. Pero cuando lo hemos vuelto a intentar, la abeja atraía los imanes y éstos se pegaban a ella. ¿Qué estaba ocurriendo?; nos ha costado un poco entenderlo, por eso lo hemos intentado varias veces hasta que por fin, Francisco ha dicho que le diésemos la vuelta a los imanes. ¡Fantástica idea! Ahora la abeja intentaba alejarse de los imanes, y en ese intento, comenzaba a volar desesperadamente. Por fin lo habíamos comprendido; claro, dependiendo del polo de los imanes a los que acercábamos la abeja, así éstos se atraían o se repelían. Cada vez tenemos más ideas, cada vez lo hacemos mejor, ¡cada vez somos más pequesabios!
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