Ya comentamos en nuestra primera reunión, que este curso íbamos a darle mucha importancia a la relajación dentro de nuestras rutinas. Con ello, pretendemos ayudar a los niños a canalizar más positivamente su energía, aprendiendo a calmarse para conseguir mejorar el conocimiento que cada uno va a tener sobre sus propios sentimientos, la comunicación de éstos a los demás, la capacidad para enfrentarse a emociones perturbadoras y la comprensión hacia los sentimientos de los demás. Pues bien, hemos comenzado a detenernos en los pequeños placeres que a menudo, no sabemos disfrutar, como es el caso de la música. En nuestra primera sesión, nos hemos puesto en la asamblea, cada uno como más a gusto se ha sentido, hemos cerrado los ojos y, en silencio, hemos escuchado una bonita melodía que ha conseguido transportar a cada uno de nosotros a un sitio diferente.
Gonzalo se ha ido a la selva y ha visto un dinosaurio, Mª Carmen ha ido de paseo montada en un unicornio, Moisés ha estado en el campo viendo pajaritos, Francisco se ha encontrado con un monstruo con cuernos, Pepa ha visto las gaviotas tumbada en la arena de la playa,... Seguiremos con este tipo de actividades, dándonos el tiempo necesario para imaginar, para soñar, para crecer.
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