Una de las cosas que queríamos aprender sobre la época Medieval, era cómo se arreglaban las princesas, qué peinados llevaban, qué maquillaje. Teníamos que darle respuesta a esa duda, y como siempre, contamos con todas las personas que nos rodean. Sabíamos que algunas madres se dedican al mundo de la estética y de la peluquería, en concreto, avisamos a Marisa, la madre de Patricia, y a Mª Carmen, la madre de Mª Carmen. Nos visitaron ayer y nos dejaron con la boca abierta desde el minuto 1. Trajeron música para ambientar el taller y comenzaron contándonos que en la Edad Media, había mucha diferencia de clases; los más ricos tenían recursos, así que en castillo las señoras y reinas podían tener perfumes, joyas y cuidarse el pelo. De hecho, les gustaba comprar pelo postizo para que los peinados les quedasen mejor y poder cambiar de aspecto cuando quisieran. Se preparaban maquillajes a base de productos naturales; para la cara, hacían una mezcla blanca a base de harina y otros ingredientes; para los ojos, hacían una mezcla con huevos de hormigas y moscas, y machacaban piedras de colores para las sombras, y también para los coloretes y los labios.
Sin embargo, las mujeres más pobres, las campesinas, vivían en el campo y siempre llevaban el pelo recogido para evitar que les entrasen bichitos. Algunas se ponían pañuelos y dejaban su pelo crecer para después, poder venderlo y ganar dinero. Se colocaban flores naturales que encontraban y apenas se maquillaban.
Había un término medio, que eran las doncellas, que cuidaban a las señoras y princesas y que también debían ir bien puestas, ya que siempre iban junto a ellas. Su arreglo era mucho menos ostentoso que el de sus señoras.
Después de contarnos la teoría, Mª Carmen y Marisa se pusieron manos a la obra, maquillando y peinando a algunas niñas. Pero para los niños también hubo; Marisa nos contó que cuando los caballeros luchaban, a veces salían heridos y que, como en nuestra clase jugábamos de mentira, ella podría hacernos una herida de mentira, de las que se hacen para las películas. Daniel se ofreció voluntario y después de un rato de trabajo, su brazo parecía malherido con un corte de lo más real. A José C., Marisa le maquilló un ojo, como si le hubiesen dado un puñetazo; parecía haber salido de una lucha cuerpo a cuerpo.
Mª Carmen trajo también unas máscaras de papel para que las coloreasen todos los caballeros que quisieran, ya que cuando hacían bailes, algunas veces los caballeros se las colocaban. También trajo abanicos de papel para las princesas.
Cuando terminó el taller, era el momento de aplicar todo lo aprendido. Hicimos 3 rincones: uno de maquillaje, para todos los niños que quisieran maquillar o ser maquillados; otro, de peluquería, para todo el que quisiera peinar o que le peinasen; y otro de máscaras, para los que quisieran hacerse la suya. Cada niño eligió el rincón que quiso y todos lo pasamos genial.
Agradecemos desde aquí a Marisa y Mª Carmen su dedicación, no sólo este día sino también todos los que habrán dedicado para presentarnos un trabajo tan interesante.
TALLER DE MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA on PhotoPeach
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