Nuestros amigos Ana y Andrés siguen su aventura para encontrar a la muñeca francesa, y en cada sesión de lectura, vamos descubriendo sus hazañas. En esta ocasión, la lectura nos ayuda a aclararnos; las bocas de dragón en las que la niña estaba atrapada no eran más que unas flores que se enredaban en sus pies y no le dejaban huir. Ana y Andrés en su intento de ayudarla, se habían puesto a su lado, con tan mala suerte de que las flores también se les habían enredado. La niña les contó que llevaba allí mucho tiempo, tanto que seguro se había perdido muchos momentos.
Basándonos en lo que habíamos leído, decidimos salir al patio y allí, nos organizamos por grupos, de manera que unos niños estaban atrapados por las bocas de dragón (neumáticos del patio), otros eran los vigilantes que debían velar porque no se escapasen, y otros eran los amigos, que intentarían salvar a los atrapados. Cada niño asumió su papel y cada grupo tuvo que idear su plan para intentar conseguir su propósito. Lo pasamos genial, cada grupo tuvo que ponerse de acuerdo sobre cómo actuar, y descubrimos que lo importante fue lo bien que lo pasamos, dio igual el grupo que ganase.
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