jueves, 8 de diciembre de 2011

PREPARANDO NUESTRA EXCURSIÓN (primera parte)

Este año somos niños y niñas mayores a los que nos gusta hacer las cosas por nosotros mismos; por eso,  organizamos la excursión a Alcolea del Río. Lo primero que hicimos fue analizar el cartel de la feria, diferenciando entre el título de la feria (Mercado Medieval), el lugar (Alcolea del Río) y la fecha (2, 3, 4 de Diciembre). Al leer el programa, nos dimos cuenta de que el mejor día para ir, era el sábado día 3, así que lo apuntamos en nuestro calendario.
Contamos los días que faltaban y fuimos contando los días que faltaban para que llegue la excursión. Para tenerlo presente, creamos un cartel donde diariamente, apuntamos los días que faltaban, ¡qué ganitas!

No queríamos que el conductor del autobús se perdiese, así que decidimos hacerle un mapa con el camino desde Brenes hasta Alcolea. Para ello, echamos mano de una página que conocemos ya, el Google maps, una página de Internet donde buscar mapas y encontrar todos los lugares, hasta los más pequeñitos. Buscamos primero Brenes y vimos cómo el pueblo se veía desde arriba; si acercábamos la imagen, se veía hasta el techo del colegio, la piscina municipal, las pistas, las plazas,... 

Después, buscamos Alcolea y volvimos a acercar la imagen para ver el pueblo. Alejamos la imagen para ver la distancia entre los dos pueblos; vimos qué carretera podríamos coger en nuestro viaje.
Algo nos llamó la atención; creíamos que era una carretera con muchas curvas, pero al acercar la imagen nos dimos cuenta de que no. Era un río, un río muy largo que pasaba cerquita de Brenes y que veríamos en nuestro viaje hasta Alcolea porque también pasaba cerquita de este pueblo. De hecho, seguimos el río y vimos que terminaba uniéndose al mar en un pueblo llamado Sanlúcar de Barrameda. Era el río Guadalquivir, que recorre gran parte de Andalucía; por eso Alcolea tiene un apellido, "del río".
A continuación, pusimos el lugar de partida de nuestro viaje y el lugar de llegada, y pudimos ver el trayecto que nos proponía la página desde uno hasta otro; en el mapa, parecía cortito.
Pero no iba a ser tan fácil; acercamos la imagen para estar justo encima de la carretera y fuimos viendo todo el recorrido con detenimiento, fijándonos en los detalles para no perdernos, en los cambios de carretera, en el río, que tanto nos llamó la atención.
En gran grupo, decidimos los detalles más importantes para nuestro viaje y después, en pequeño grupo, comenzamos a confeccionar nuestro mapa, con esos mismos detalles.


Terminado nuestro mapa, han surgido más dudas, ya que es tan largo el camino, que hemos necesitado varios folios; ¿y cómo los unimos ahora?  Atentos a todo lo que conseguimos juntos:
-¿Cómo unir el folio 1 con el folio 2? Primero, los pusimos un folio junto al otro; el autobús iba a tener que dar un salto porque no coincidían las dos carreteras. Probamos varias alternativas; al final Gonzalo, pensó en mover uno de los folios hasta que coincidiesen los dos dibujos.
-¿Cómo pegamos ambos folios?: pensamos en pegamento, pero hubo que probar varias veces, hasta que a Natalia se le ocurrió superponer uno sobre otro y echar pegamento en el de abajo.
Lo descubierto con las dos primeras hojas del mapa, nos sirvió como experiencia para el trabajo que nos quedaba. 
-¿Cómo unir el folio 3? Francisco buscó la unión de las carreteras de los folios 2 y 3 y Mª José supo dónde echar el pegamento.

-¿Cómo unir el folio 4?: Daniel supo cómo unirlo con el folio 3 para que coincidiesen el río y la carretera, y supo también cómo pegarlos.

Ya teníamos el mapa montado, un texto construido entre todos; pero ahora, había que añadirle datos. Ahora que teníamos ya el mapa completo, ¿el camino desde Brenes hasta Alcolea es largo o corto? Laura dijo que había que medirlo y propuso usar un metro, suerte que eso ya lo hizo una vez alguien que se encargó de meter el resultado en Internet. Con el ordenador abierto por la página donde estaba el camino desde Brenes hasta Alcolea, la seño nos dijo dónde ponía cuánto medía el camino. Las letras y los números eran demasiado pequeños, así que pensamos que Mª José los mirase y se los dictase a Gonzalo, que los copió en la pizarra en grande para que todos los viésemos.

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