domingo, 23 de junio de 2013

ADIÓS A PINOCHO.

Llevamos todo el curso leyendo un cuento tradicional que en muchos momentos, nos ha sorprendido por ser diferente a la historia original que conocíamos. Las aventuras de este Pinocho nos han hecho acercarnos al lenguaje escrito, nos han permitido volar con nuestra imaginación; además, hemos participado en infinidad de actividades que han surgido a partir de la lectura, y que siempre nos han ayudado a desarrollar diferentes habilidades. En esta última sesión de lectura, Pinocho rescata a su papá Gepetto y consigue sacarlo de la barriga del tiburón; debe utilizar todas sus fuerzas, pues el anciano padre no sabe nadar. Cuando consiguen llegar a tierra, sus vidas cambian; Pinocho se convierte en un niño responsable y gracias a sus buenas acciones, consigue transformarse en un niño de verdad, haciendo que la vida de todos los que le rodean sea mucho más feliz.
Y en esta última sesión, nos demostramos a nosotros mismos, que somos capaces de hacer lo que nos propongamos; fueron los niños y niñas los que, a partir de la lectura, tuvieron que inventar un juego que estuviese relacionado con lo leído. Entre todos y todas, creamos un juego llamado "Paseo buceo a cabrito"; en él, los niños y niñas fuertes, debían hacer de Pinocho y llevar a cabrito a un compañero "flojo", que haría de Gepetto, imitando el momento en el que Pinocho salva a su padre. Una vez decidido el juego, debíamos comenzar organizando las parejas, así que cada uno y una se definió como fuerte o flojo; algunos y algunas no estaban de acuerdo con las decisiones, así que tuvimos que ir comprobando si los fuertes podían coger a los flojos. Era complicado, y cuando salimos al patio, tuvimos que cambiar algunas parejas, pues no era tan fácil como pensábamos; de hecho, nos dimos cuenta de que era importante que el fuerte de la pareja, también fuese más grande que el flojo. Con las parejas ya organizadas, comenzó el paseo; fue divertido y sobre todo, original.
Pero teníamos que decirle adiós a Pinocho, y para ello, hicimos una asamblea junto con algunos familiares que quisieron acompañarnos; en ella, hablamos de la historia de nuestro personaje, de su manera de ser y de actuar durante el cuento, y nos centramos en que todos y todas, en algún momento, también nos habíamos portado como él. Suerte que todo el mundo puede cambiar, y que son nuestras acciones, las que nos definen y tienen consecuencias en los demás; si nos portamos bien, conseguimos que todos a nuestro alrededor, estén felices. Y si nos portamos mal, conseguimos justo lo contrario. Compartimos con los demás compañeros y compañeras momentos de nuestra vida en los que nos hemos portado bien, y con todos ellos, hicimos un libro de buenas acciones, para recordarnos que son estas acciones, las que nos hacen felices.
Y con esto, cerramos nuestro cuento de Pinocho, pero no definitivamente, pues será nuestro cuento para siempre, y podremos releerlo las veces que queramos; ya forma parte de nuestra vida.

ADIÓS A PINOCHO. on PhotoPeach

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