domingo, 24 de febrero de 2013

DONDE LAS DAN....

Menudo problemón el que nos encontramos el otro día, nada más llegar a clase; resulta que nos enteramos de que se había decidido construir un comedor en el Colegio, para atender la demanda de algunas familias. Y resulta también, que se había decidido construir dicho espacio en las dos clases de 5 años, con lo cual, nos quedábamos sin aulas y debíamos buscar una solución a un problema tan grave. Comenzamos valorando la importancia de la situación, y las repercusiones que iba a tener en nuestro día a día; nos dimos cuenta de que era algo injusto, pues el comedor era beneficioso para nuestro Centro, pero a la vez, nos traía muchas consecuencias.
Decidimos ponernos a pensar qué podíamos hacer, dándonos un tiempo para ello, pues era un asunto complicado.
Se nos ocurrieron 4 ideas:
-Irnos a otra clase que estuviese vacía, con lo cual, habría que empezar de nuevo en todo.
-Buscar otro sitio para que construyesen el comedor.
-Que nos construyan otra clase a nosotros y nosotras en otro sitio del cole.
-Convivir con el comedor, haciendo que nuestro aula fuese un espacio con dos utilidades diferentes.
Decidimos votar, y la idea qe más votos tuvo, fue la última, con lo cual, debíamos buscar la manera de organizar el espacio de nuestro aula para que cupiesen tanto nuestras cosas como las del comedor. Nos agrupamos y fuimos haciendo dibujos con diferentes opciones.


Cuando ya tuvimos varias opciones sobre la mesa, nos sentíamos confiados en que el problema se pudiese arreglar.
Después del recreo, nos juntamos con la clase de la seño Carmen, que también tenían el mismo problema; para desestresarnos, decidimos seguir leyendo juntos el cuento de Pinocho. En la sesión de esta semana, Pinocho pecaba un poco de ingenuo, pues el zorro y el gato volvían a engañarle, esta vez en el País de los Botarates, donde a los memos y poco espavilados, se les trataba de una manera un tanto injusta. Hablamos de que Pinocho debía espavilar, que a nosotros y nosotras seguro que no nos engañaba nadie tan fácilmente; ¿cuántos creían que eran capaces de darse cuenta de una mentira?
Sin darse cuenta, todos ellos y ellas ya habían caido en una broma que llevaban creyéndose toda la mañana. ¡Todo lo del comedor era mentira!
Nos dimos cuenta de que todos y todas podemos caer en algún tipo de engaño y que hay que estar muy alerta; aunque lo bueno de las bromas, es que tienen un principio y un final, y nadie debe salir perjudicado. Hubo el que no se tomó del todo bien aquella broma; juzgad las caras de algunos y algunas.
Pero para contrarrestar un poco el mal humor de algunos, propusimos crear entre todos una broma y elegir a alguien del Centro para gastársela; debía ser una inocentada sana, graciosa y divertida.
Entre todos y todas, elegimos como inocente, al maestro Enrique, y a Jorge y José Luis, se les ocurrió que podríamos avisarle de que la policía lo esperaba en la puerta, porque creían que habí aparcado su coche en un vado. Todos estuvimos de acuerdo, y al día siguiente, estos compañeros fueron a avisarle mientras los demás, esperábamos escondidos.

 
El maestro Enrique se lo creyó todo, y nos dimos cuenta de que la inocencia no es algo que tenga que ver con los años, sino con la confianza que tengamos en quien tenemos en frente.
 
 
 
 
 
 
 

1 comentario:

  1. Que bonitas todas estas actividades que realizan nuestros niños , estoy segura que todos estos juegos transmiten a nuestros niños experiencias en las que se divierten y aprenden valores, una vez más te doy la gracias seño leo! Enhorabuena!

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