jueves, 25 de abril de 2013

PESADILLAS Y REFRESCOS.

Es increíble todo lo que puede resultar de una conversación espontánea que se da en el aula; Francisco vino contándonos que casi todas las noches tiene pesadillas, y todos y todas nos propusimos ayudarle. No queríamos hablar de pesadillas, pues temíamos que aquello se contagiase; pero sí queríamos averiguar por qué se producen y qué hay que hacer para evitarlas.
Hablamos de muchas cosas, y entre ellas, nos quedamos con la idea de que quizás, había comida y bebida que nos provocaba miedo; nos centramos en el refresco de cola, porque era negro y porque nuestras familias a veces, nos prohibían tomarlo. Pero, ¿qué podía llevar aquella bebida para provocarnos miedo? María propuso traer a clase alguna etiqueta de una botella, pues ahí venía de qué estaba hecha.
Al día siguiente, algunos niños y niñas trajeron la etiqueta y decidieron copiar los ingredientes en una hoja con letras más grandes para que todos y todas, los pudiésemos leer. A continuación, vimos que ningún ingrediente provocaba miedo, salvo la cafeína, que era excitante y nos podía poner nerviosos.
A la vez que íbamos sabiendo más de los ingredientes, nos fuimos interesando por otros elementos de la etiqueta, como la cifra referida a los litros; y nos sorprendió algo: ¿cómo es posible que en la etiqueta de la botella grande ponga "2 L." y en la de la botella pequeña ponga "500 ml."?
A partir de ahí, comenzamos una investigación en la que queremos averiguar qué significan ambas cantidades. Entendimos desde el principio, que dichas cantidades, se refería al líquido que cabía dentro de las botella,  y acordamos que los líquidos eran las cosas que se bebían; dudamos de cosas como el puré, pero al final, optamos por quedarnos con los ejemplos que no nos daban problemas.
Entendimos que lo que le cabía a las botellas, tenía que ver con su tamaño; así, trajimos al aula diferentes botellas y comparamos los tamaños de una de 2 litros, otra de 500 ml. y una lata de 330 ml. Concluímos que a los tres recipientes les cabían líquidos, pero en diferentes cantidades.
Javier vino contando que "ml." significa mililitros y que era más pequeño que litros; pero, ¿qué son 2 litros? Cogimos una botella de dicha cantidad vacía y nos pusimos a hablar de hasta dónde llegaría el líquido si la llenásemos con 2 litros. Fuimos dibujando en la botella diferentes alturas, recordando cómo son las botellas de refresco cuando las compramos en la tienda y están llenas; y nos dimos cuenta de que no éramos capaces de llegar a un acuerdo.
Entonces, Daniel trajo al aula una botella de 2 litros llena de agua con colorante; nos contó que tenía 2 litros porque su padre lo había medido con un medidor, explicándonos que es como un metro, pero que él no lo había visto. Dudamos de que se pudiese usar el mismo instrumento para medir líquidos que cualquier otra cosa; buscamos entonces en el diccionario, y la definición de medidor nos dio pistas de cómo era aquel aparato.
Comparamos entonces, la botella de Daniel con la que teníamos en la clase vacía, y nos dimos cuenta de que sus formas eran diferentes, pero quizás, a las dos les cupé 2 litros. Cogimos entonces la botella vacía y la llenamos en el baño, y para cerciorarnos de llegar a los 2 litros, nos fijamos en la de Daniel. Conseguimos que las dos botellas estuviesen igual de llenas.
Como no teníamos medidor, no sabíamos muy bien cómo seguir; teníamos que comprobar que las dos botellas llenas tenían 2 litros de agua, pues con sólo mirar, sabíamos que nos podíamos equivocar, pues la forma de ambas botellas no era la misma. Se nos ocurrió medir con el metro, pero después de hacerlo desde el fondo de la botella hasta donde llegaba el agua, nos dimos cuenta de que, una botella llena y otra vacía medían igual, luego no era buena idea; de hecho, volvimos a recordar que lo importante eran el líquido que había dentro, y no las botellas. Entonces, pensamos que lo ideal, sería vaciar el líquido, sacarlo fuera, al suelo; nos surgió la duda de si sería importante después, recuperarlo, pero nos dimos cuenta de que podríamos volver a llenar las botellas en el grifo. Después de hacer hipótesis sobre qué ocurriría, tiramos primero el contenido de una botella y después, el de la otra; una mancha se extendió más que la otra, y no dio la sensación de que entonces, una botella tendría más líquido que otra. Algunos y algunas, no están de acuerdo con esto, a pesar d haberlo visto, así que se nos ocurre, que podríamos usar otros recipientes donde vaciar el líquido; usamos vasos de plástico y comprobamos que, ambas botellas, albergan dentro 9 vasos de agua.
Por fin, llegan al aula, dos medidores y hablamos de sus cualidades; lo que más nos sorprende, es que los números más pequeños están abajo y los más grandes, arriba, al contrario que en nuestra lista. Entre todos, entendemos que el agua comienza a llenar el medidor desde abajo; ambos medidores tienen los mismos números, excepto el último, que en uno de ellos, en lugar de poner "500 ml.", pone "1/2 L." Cogemos la botella que teníamos de 500 ml. y llenamos un medidor hasta el 500 ml. Pasamos el agua del medidor a la botella, y vemos que tienen la misma capacidad.
Pero, ¿ los 2 litros? Salimos al patio y allí, vaciamos la botella de 2 litros en el medidor de 500 ml. El agua rebosa y forma un charco.
Javier viene contando que 1/2 L. es medio litro, y nos preguntamos qué significa eso; recordamos todo lo que sabemos del medio de las cosas, y entonces, nos damos cuenta de que el medio litro, tiene que ver con el litro.
En este momento nos encontramos; hemos traído al aula algunas botellas de 1 litro para comprender la relación que hay entre este, y el medio litro, o los 500 ml. con los que comenzamos todo esto.
Os mantendremos informados de todo lo que vayamos descubriendo.
ETIQUETAS Y BOTELLAS. on PhotoPeach
MIDIENDO LÍQUIDOS. on PhotoPeach

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