sábado, 24 de noviembre de 2012

EL LÁTIGO MÁS GRANDE.

Siguiendo con la lectura de Pinocho, descubrimos que nuestro personaje, en lugar de ir al colegio como le había dicho a su padre, se adentró en un teatro de marionetas, donde un hombre terrorífico quiso hacerle daño. Nos preguntamos quién sería aquel ser; tenemos la ventaja de que conocimos de antemano a todos los personajes del cuento:
  • Natalia: el tragafuegos, porque tenía cara de malo.
  • Maricarmen: el enano, porque no hace caso a la gente.
  • Francisco: el tragafuegos, porque tengo el libro de Pinocho y sale.
  • Gonzalo: el enano, porque es pequeño como una pelota, y seguro que se tiró al escenario y por eso se escuchó ese ruido.
  • José C.: el pescador, que también era malo.
  • Laura: Polilla, que también parecía ser malo.
  • María José: un policía, porque son malos.
  • Laura: la policía no es mala, porque nos defiende.
Al final, resultó de que aquel personaje terrorífico, era el Tragafuegos, que terminó perdonando la vida a Pinocho y le dio 5 monedas de oro para su padre.
Algo que nos sorprendió mucho durante la lectura, fue que Pinocho quería aprender mucho para después, ganar mucho dinero. Nos planteamos qué relación podrían tener:
  • José Manuel: la escuela es para aprender.
  • Laura: y ser rico es por ejemplo, ganar la lotería.
  • Daniel: nosotros aprendemos aquí todo, pero no nos hacemos ricos.
  • Belén: hacerse rico es tener dinero.
  • María: o tener mucha comida.
  • Gonzalo: o muchos juguetes.
  • Natalia: o mucha ropa.
  • María José: aprendes todo si tienes dinero.
  • Francisco: pues yo tenía una hucha llena de dinero, y no aprendí nada.
  • María José: algunos colegios valen dinero. Si no tienes, no puedes ir.
  • Belén: nuestro cole es gratis.
  • Seño: y cuando aprendes mucho en el cole, ¿dónde vas?
  • Todos: al instituto.
  • Seño: ¿y después?
  • Todos: a la universidad.
  • Seño: ¿y depués?
  • Todos: a trabajar.
  • Francisco: mi padre aprendió mucho y ahora tiene dos trabajos y gana dinero.
  • Laura: y mi tita igual.
  • Daniel: mi papá tiene 3 trabajos.
Llegamos a la conclusión de que si aprendes mucho, tendrás mucho trabajo y ganarás mucho dinero.
Y centrándonos en el tragafuegos, éste tenía un látigo enorme, hecho de trenzas de serpiente y colas de zorro, con el que amenazaba a las marionetas. Pensamos en construir uno, más grande que el suyo, para que nunca más tratase mal a nadie. Debíamos usar cosas que tuviésemos en el cole, y acordamos que tenían que ser fuertes para no romperse.
Conforme fuimos uniendo elementos, nos fuimos dando cuenta de que para estirarlo y ver cuánto medía, necesitaríamos un espacio más amplio que la clase. Salimos al pasillo, y allí, nos propusimos como reto que el látigo llegase desde la puerta de la clase hasta la puerta de la calle; esa sería su medida.
Hemos estado añadiendo elementos, y por fin conseguimos nuestra meta; un látigo que medía lo acordado. No fue fácil, porque cuando creíamos tenerlo terminado, nos dimos cuenta de que nos faltaba un poco para llegar a la calle; pedimos por las demás clases objetos largos, hasta que lo conseguimos. Cuando lo teníamos, nos fuimos con él al patio, para ver si llegaba desde un extremo hasta otro de ese espacio. Vimos que no, y por tanto, nos dimos cuenta de que el patio mide más que la distancia desde nuestra puerta hasta la calle.
Hemos medido usando unidades no convencionales, hemos comparado, hemos llevado a cabo acuerdos; en definitiva, seguimos avanzando usando nuestras propias estrategias.



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