jueves, 29 de noviembre de 2012

CONTRUYENDO UNA FLAUTA DE PAN.

En el experimento de esta semana, hemos contado con la ayuda de algunas de las madres de la clase, que, como siempre están dispuestas a echarnos una mano cada vez que lo necesitamos.
Esta semana, recordamos el experimento de la pasada, y sobre todo, nos centramos en el experimento de la semana anterior, ya que como aquel día hicimos con las botellas, íbamos a construir un instrumento musical. Pero no sería tan fácil, porque hasta que no tuviésemos toda la información, no comenzaríamos a hacerlo; y íbamos a ser nosotros, los que tendríamos que averiguar todo lo que necesitaríamos.
Esta vez, no haríamos un instrumento musical que sonara golpeándolo, como en el caso de las botellas; buscábamos otro tipo de instrumento. No nos costó mucho trabajo deducir que podría ser un instrumento que sonase soplando, y en efecto, iba a ser así. Hablamos de algunos de estos instrumentos, como la flauta, la armónica, el clarinete, el saxofón; todos ellos, son instrumentos de viento.
Lo que íbamos a crear, era una mezcla entre flauta y armónica; una flauta de pan. Daniel y José Manuel conocían este instrumento, y nos fueron contando cómo era; de toda esta información, extrajimos lo más importante: estaba formado por tubitos, con agujeros por los dos lados, unidos con una cuerda o algo parecido, y con la parte de abajo en forma de escalera, pues no todos tenían el mismo tamaño.
Pero, al construirla nosotros y nosotras, debíamos usar materiales convencionales, así que nos planteamos cuáles podrían ser; José C. propuso el cartón, Belén la madera, Laura los tubos de plástico de un juego de construcción, y Gonzalo propuso usar cañitas. Nos quedamos con esta última idea, pues era lo que más se asemejaba a los tubitos de los que hablaban Daniel y José Manuel. Presentamos por tanto el material, cañitas de plástico, fiso y tijeras; cada grupo se fue a su mesa con una madre voluntaria, para construir su flauta de pan.
Todos los grupos, decidieron hacer una flauta de pan con el mismo número de cañitas que la flauta que les enseñé, pero las estrategias seguidas por cada equipo fueron muy diferentes:
  • Los pingüinos fueron colocando una cañita junto a otra, de manera que iban cortando la siguiente cañita para que fuese un poco más corta que la anterior. Así, hasta terminar con la última cañita, que era la más corta de todas.
  • Las tartas decidieron unir primero todas las cañitas (13) con fiso, para después, ir cortándolas de mayor a menor. Y practicaron un pequeño truco; colocaron encima de su flauta, la flauta que ya estaba terminada, de manera que la usaron de modelo y sólo tuvieron que recortar cada cañita con el tamaño que les marcaba la de la flauta ya terminada.
  • Los dinosaurios colocaron la primera cañita, y repartieron las demás entre los compañeros. Fueron recortándolas libremente, y después, se encargaron de ordenarlas de mayor a menor, viendo que algunas habían quedado casi iguales, y siendo bastante complicado decidir cuál era más larga que otra.
  • La brillantina cortaron las cañitas de una en una, teniendo en cuenta la misma premisa: cada cañita debía ser un poco más corta que la anterior.
Las mamás se portaron genial, y nos ayudaron mucho; pero dejaron que fuésemos nosotros quienes dirigiésemos todo el proceso, quienes propusiésemos, quienes organizásemos. Estamos aprendiendo a hacerlo, y aún nos cuesta; de hecho, al día siguiente, reflexionamos sobre nuestros fallos, y elaboramos un cartel donde recogimos qué cosas se pueden hacer y qué cosas no, cuando trabajamos en equipo.
Compartimos la manera en la que cada grupo había construido su flauta de pan, apreciando que el proceso había sido diferente, puesto que, para llegar al mismo resultado, no hay un único camino, sino varios, y todos igual de válidos, pues todas las flautas funcionaban y emitían sonidos graves (cañitas más largas) y sonidos agudos (cañitas más cortas). Todo tiene que ver con la velocidad con la que el aire vibra en unas y otras.
Desde aquí, volvemos a agradecer a nuestras familias su colaboración; sin ellas, esta actividad no hubiese sido posible. Esperamos que pasasen un buen rato y que pronto, volvamos a verlas por nuestra clase.
LA FLAUTA DE PAN. on PhotoPeach

domingo, 25 de noviembre de 2012

PROBLEMA RESUELTO.

Como os comentamos hace tiempo, nos dimos cuenta de que no fue buena idea lo de ponerle lana a nuestros collares para los rincones. Investigando y probando, acordamos que lo mejor, era volver a usar el lazo, como en cursos anteriores. Ahora, hemos cambiado la lana por el lazo, y nos hemos dado cuenta de que el problema de los nudos y los líos que se formaban, ha desaparecido. Un problema menos.

SER DIFERENTES.

Volviendo al cuento de "El patito feo" que descubrimos la semana pasada, hablamos de ser diferentes, el patito lo era. ¿Qué es ser diferente?
  • María José: es hacer cosas diferentes.
  • Francisco: es tener cosas diferentes.
Para verlo claro, pedimos a Daniel y Patricia que se pusiesen de pie; tenían las mismas cosas, podían hacer lo mismo, pero, ¿eran iguales o diferentes?
  • Francisco: son diferentes, porque tienen el pelo distinto y ella lleva pendientes.
  • Laura: y ella es una niña y él, un niño.
  • Pepa: y no tienen la misma altura.
  • Natalia: y los ojos, son de diferente color.
  • Laura: su ropa es diferente.
Entonces, vimos que dos personas diferentes, pueden no serlo tanto.
Nos preguntamos si conocíamos a alguien diferente:
  • Francisco: mi perra es diferente, porque un día crió y le salió un hijo de otra raza.
  • María: mis perros también son diferentes, porque cada uno es de un color.
  • Belén: la tortuga de mi hermano tiene los ojos azules.
  • Maricarmen: lo diferente es raro, extraño.
  • Seño: ¿algún ejemmplo de extraño?
  • Maricarmen: una persona que tenga 3 ojos.
  • gonzalo: un dinosaurio.
Pero, ¿y si todos fuésemos iguales?
  • Laura: pues viviríamos en la misma casa y tendríamos la misma madre. Seríamos gemelos.
Para entender que incluso las cosas diferentes no lo son tanto, hicimos un juego, Mundo de colores; cada niño se puso una pegatina en la frente, y debían moverse por el espacio. Al parar la música, debían agruparse, nadie podía quedar solo. Cuando llegó el momento, Amalia se quedó aislada, pues los demás se habían agrupado por colores, y ella tenía uno diferente. Les pregunté si había alguna forma de que ella pudiese unirse a algún grupo; pensando entre todos, conseguimos una alternativa: agruparnos por formas, en lugar de por colores. Así, Amalia no se quedaría sola, ya que la sensación de sentirse excluido, no es muy agradable.

sábado, 24 de noviembre de 2012

¡LO ESTAMOS CONSIGUIENDO!

Menudo trabajo tenemos este año con la ampliación de nuestra asamblea; pero cada día estamos más ilusionados, porque lo vemos más cerca. Durante esta semana, hemos avanzado mucho, y teniendo como meta la resolución de este problema real, nos estamos enfrentando a situaciones complicadas, que nos permiten crecer como grupo y nos hacen ser cada vez más capaces.
Ya teníamos en proyecto, un lado de nuestra asamblea ampliado; ahora, debíamos saber cuántas losas iba a necesitar el albañil para completar dicho espacio. Era complicado tenerlo en nuestra cabeza sin poder verlo, así que decidimos construir más losas de papel, usando como modelo las que ya habíamos hecho. Con ellas, podríamos completar el espacio ampliado y hacer recuento de las losas que necesitaremos.
LOSAS DE PAPEL. on PhotoPeach

Vimos que el espacio, se podía completar con losas rectangulares, cuadradas o mezclando ambas. Jugamos a una especie de puzle, donde todas las piezas debían encajar.
Ahora, llegó el momento de comprobar si con la ampliación que habíamos hecho, cabríamos por fin todos en nuestra asamblea; lo que se nos ocurrió, fue sentarnos todos y comprobarlo. Nos dimos cuenta de que habían 6 niños que seguían sin caber en la asamblea, de manera que debíamos seguir ampliando. Lo haríamos por otro de los lados; sería más fácil, pues ya teníamos la experiencia que nos había dado el primero de los lados. Utilizamos las losas de papel, formamos filas y decidimos que podríamos poner 3 hileras más de losas. No podríamos poner más, pues ya nos topábamos con la mesa del equipo de la Brillantina. PROBANDO. on PhotoPeach

Señalada la nueva ampliación, había de nuevo que probar si cabíamos o no. Pero antes, tuvimos que cerrar la ampliación que habíamos señalado. Nos costó hacerlo por una de las esquinas; al unir los dos lado, nos dábamos cuenta de que no quedaba igual que las otras esquinas. Pepa, decidió retirar un armario y continuar ambas líneas hasta que éstas terminaron uniéndose y formando la esquina.¿CABEMOS? on PhotoPeach

Antes de comprobar cuántas losas necesitaremos para completar este nuevo espacio, fuimos dibujando en la pizarra el proceso que habíamos seguido. Dibujando la primera ampliación de la asamblea, marcamos las 7 losas que cabían; Belén dijo que era capaz de convertir esas 7 losas en las 14 cuadradas. Salió y dibujó una línea vertical que dividía cada losa en dos. Descubrimos que una losa rectangular podía convertirse en dos cuadradas si le dibujabas una línea por medio.
Pero, ¿podríamos hacer lo mismo con una losa rectangular de papel? Cogimos una de las que tenemos, y la idea fue doblarla; pero intentándolo varias veces, vimos que no resultaban dos losas cuadradas iguales, sino una más pequeña y otra más grande. Probamos a doblarla uniendo los picos, y por fin, conseguimos dos losas cuadradas iguales; por tanto, para conseguir dos porciones iguales a partir de otra más grande, tenemos que doblarla por el medio uniendo los picos, y después, recortar.
Lo comprobamos con varios objetos: un churro de plastilina, una cuerda, un papel.
Pero, ¿y si quisiésemos hacer esto mismo con un objeto rígido que no pudiese romperse? Cogimos un lápiz; Laura intentó buscarle el medio, esta vez sin poder doblarlo. Lo calculó diciendo que había medido el lápiz con su cabeza; nos centramos por tanto en que cuando no podemos doblar, es importante medir. Y ahí nos quedamos, con esa incógnita que intentaremos resolver el próximo día.
"EL MEDIO" on PhotoPeach

CAJA DE RESONANCIA.

¿Cómo conseguir que el sonido de un objeto cotidiano suene más fuerte? Esta semana ésta ha sido la pregunta que nos hemos formulado en nuestro experimento. Y el objeto que hemos elegido ha sido una gomilla elástica.
Primero, nos planteamos cómo conseguir hacerla sonar, pues por sí misma no producía ningún sonido. Vimos que lo conseguíamos golpeándola con algún objeto, estirándola como un tirachinas, o estirándola y después, pasando los dedos. Apreciamos que el sonido que producía era casi imperceptible, así que tuvimos que pensar cómo hacerlo para que se escuchase más.
Casualmente, ese día, Amalia había traído a clase una guitarra con la que quería cantarnos algo; Daniel se dio cuenta de que si estirábamos la gomilla, ésta se parecía a las cuerdas de la guitarra; sin embargo, las cuerdas de la guitarra se escuchaban mucho más que la gomilla. Decidimos construir algo parecido; para ello, usamos una caja de zapatos con un agujero. Ahora, sólo tenemos que ponerle las gomillas, 6, como en la guitarra de Amalia. Pero no era tan fácil; por eso, para que todas las ideas fuesen escuchadas, repartimos una caja a cada equipo de niños y niñas. Cada uno debería hacer con la caja, algo parecido a una guitarra; usarían diferentes estrategias, que después, compartimos en la asamblea.
Cuando el trabajo en pequeño grupo terminó, revisamos las 4 cajas, y sacamos los puntos en común que tenían: estaban cerradas, tenían un agujero en la tapadera, y habíamos conseguido ponerles las gomas.
Cada grupo explicó cómo la había confeccionado; y vimos que en su elaboración, había sobre todo, un aspecto diferente: la estrategia para poner las gomillas había sido distinta. Analizando las dificultades, nos dimos cuenta de que los Dinosaurios habían optado por la manera más sencilla.
Probamos las 4 cajas y todas funcionaban; permitían que el sonido de las gomillas se escuchase más.
Entonces, ¿qué era lo importante para conseguir esto? Descubrimos que el agujero de la caja en la parte superior y la tensión de las gomillas estiradas.
Habíamos construído una caja de resonancia, donde debido a que la cantidad de aire que se mueve al vibrar las gomillas, es mayor, su sonido se escucha más fuerte.
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EL LÁTIGO MÁS GRANDE.

Siguiendo con la lectura de Pinocho, descubrimos que nuestro personaje, en lugar de ir al colegio como le había dicho a su padre, se adentró en un teatro de marionetas, donde un hombre terrorífico quiso hacerle daño. Nos preguntamos quién sería aquel ser; tenemos la ventaja de que conocimos de antemano a todos los personajes del cuento:
  • Natalia: el tragafuegos, porque tenía cara de malo.
  • Maricarmen: el enano, porque no hace caso a la gente.
  • Francisco: el tragafuegos, porque tengo el libro de Pinocho y sale.
  • Gonzalo: el enano, porque es pequeño como una pelota, y seguro que se tiró al escenario y por eso se escuchó ese ruido.
  • José C.: el pescador, que también era malo.
  • Laura: Polilla, que también parecía ser malo.
  • María José: un policía, porque son malos.
  • Laura: la policía no es mala, porque nos defiende.
Al final, resultó de que aquel personaje terrorífico, era el Tragafuegos, que terminó perdonando la vida a Pinocho y le dio 5 monedas de oro para su padre.
Algo que nos sorprendió mucho durante la lectura, fue que Pinocho quería aprender mucho para después, ganar mucho dinero. Nos planteamos qué relación podrían tener:
  • José Manuel: la escuela es para aprender.
  • Laura: y ser rico es por ejemplo, ganar la lotería.
  • Daniel: nosotros aprendemos aquí todo, pero no nos hacemos ricos.
  • Belén: hacerse rico es tener dinero.
  • María: o tener mucha comida.
  • Gonzalo: o muchos juguetes.
  • Natalia: o mucha ropa.
  • María José: aprendes todo si tienes dinero.
  • Francisco: pues yo tenía una hucha llena de dinero, y no aprendí nada.
  • María José: algunos colegios valen dinero. Si no tienes, no puedes ir.
  • Belén: nuestro cole es gratis.
  • Seño: y cuando aprendes mucho en el cole, ¿dónde vas?
  • Todos: al instituto.
  • Seño: ¿y después?
  • Todos: a la universidad.
  • Seño: ¿y depués?
  • Todos: a trabajar.
  • Francisco: mi padre aprendió mucho y ahora tiene dos trabajos y gana dinero.
  • Laura: y mi tita igual.
  • Daniel: mi papá tiene 3 trabajos.
Llegamos a la conclusión de que si aprendes mucho, tendrás mucho trabajo y ganarás mucho dinero.
Y centrándonos en el tragafuegos, éste tenía un látigo enorme, hecho de trenzas de serpiente y colas de zorro, con el que amenazaba a las marionetas. Pensamos en construir uno, más grande que el suyo, para que nunca más tratase mal a nadie. Debíamos usar cosas que tuviésemos en el cole, y acordamos que tenían que ser fuertes para no romperse.
Conforme fuimos uniendo elementos, nos fuimos dando cuenta de que para estirarlo y ver cuánto medía, necesitaríamos un espacio más amplio que la clase. Salimos al pasillo, y allí, nos propusimos como reto que el látigo llegase desde la puerta de la clase hasta la puerta de la calle; esa sería su medida.
Hemos estado añadiendo elementos, y por fin conseguimos nuestra meta; un látigo que medía lo acordado. No fue fácil, porque cuando creíamos tenerlo terminado, nos dimos cuenta de que nos faltaba un poco para llegar a la calle; pedimos por las demás clases objetos largos, hasta que lo conseguimos. Cuando lo teníamos, nos fuimos con él al patio, para ver si llegaba desde un extremo hasta otro de ese espacio. Vimos que no, y por tanto, nos dimos cuenta de que el patio mide más que la distancia desde nuestra puerta hasta la calle.
Hemos medido usando unidades no convencionales, hemos comparado, hemos llevado a cabo acuerdos; en definitiva, seguimos avanzando usando nuestras propias estrategias.



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domingo, 18 de noviembre de 2012

EXPERIMENTANDO CON SONIDOS GRAVES Y AGUDOS.

¡Qué divertidos son los experimentos de Don Ramón, el pequesabio orejón! En esta semana, hemos tenido la oportunidad de seguir descubriendo el sonido que producen objetos tan cotidianos como unas botellas de vidrio y unos palillos de madera. Las botellas estaban llenas de agua y tras reflexionar sobre el sentido del experimento, descubrimos que se trataba de golpearlas con los palillos para escuchar su sonido.
Conforme fuimos experimentando, nos dimos cuenta de que cada botella tenía un sonido diferente, y apreciamos que era debido a la cantidad de agua que tenía dentro; las botellas más vacías tenían un sonido más agudo, mientras que las más llenas lo tenían más grave. Disfrutamos haciendo música con las botellas; de uno en uno, después en parejas, y al final, ¡hasta conseguimos un director de orquesta que dirigía a 3 magníficos músicos!
Igual que las notas musicales están ordenadas formando una escala, fuimos capaces de ordenar las botellas de menor a mayor cantidad de agua para conseguir unos sonidos similares a la escala musical. No fue fácil, algunas botellas tenían casi la misma cantidad de agua, ¡pero fuimos capaces haciéndolo todos juntos!
No hay nada que se nos resista; todo se puede construir. Y es que aquellas botellas tocadas con los palillos de madera eran un auténtico instrumento musical.
BOTELLAS MUSICALES. on PhotoPeach